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sábado, 5 de septiembre de 2015

"Spaghetti alle vongole in bianco"



Lo pongo entre comillado porque aquí en España, a no ser que uno sea muy entendido o sea italiano... No nos sale la pasta como en ese maravilloso país.

Tengo entendido que esta receta lleva almejas abiertas en vino, pasta, perejil fresco y además tomate, si no llevase este último, el título quedaría en spaghetti alle vongole. Espero que os guste los que hice, os dejo la receta.







Vamos con los pasos:

1. Ponemos en un cazo donde quepan las almejas más o menos "a ras de suelo" un vaso de vino blanco (chato, 125 ml.) a hervir. En cuanto hierva, vertemos las almejas (previamente limpiadas en agua y sal). Las vamos apartando en un recipiente conforme se vayan abriendo (las que queden sin abrir tres minutos después de haberse abierto la primera las desechamos, pues no están vivas).

Simultáneamente ponemos a hervir agua en una olla para los espaguetis. Personalmente con un papel de cocina unto el fondo de la olla y así no se pega la pasta, ni coge apenas grasa; la llenamos de agua, dos ojas de laurel y a hervir. Cuando arranquen las burbujitas, ponemos la sal y después la pasta. Cocemos, y cuando esté reservamos asegurándonos que no se apelmace la pasta.

2. Filtramos el vino blanco donde se han abierto las almejas con un colador sumamente fino, de tela, o con remedio casero: una gasa esterilizada en el colador de toda la vida. De este modo le quitamos la tierra al vino. Vertemos el vino que hemos obtenido en el recipiente donde teníamos las almejas abiertas y reservamos.


3. Cogemos una sartén en la que quepa todo; picamos la cebolla y los ajos muy muy finamente.

Ponemos una cucharada o dos de aceite en la sartén y ponemos a calentar.Añadimos la cebolla y el ajo, junto a una cucharadita de pimentón dulce. Ponemos también un par de cayenas, que luego debemos retirar (IMPORTANTE si valoramos nuestras papilas gustativas)

Una vez pochado todo, incoporamos los tomates rallados o picados, salpimentamos y dejamos que se vaya haciendo con la sartén tapada.

4. Ponemos por último una cucharada de aceite a calentar en una sartén pequeñita y ponemos las gambas con un diente de ajo (opcional) a coger color (poco, las gambas se hacen enseguida). Esto lo podemos hacer junto al tomate, aunque a mi me gusta cómo queda así.

5. Finalmente, con las cayenas retiradas, el sofrito hecho, la pasta reservada y las gambas, lo calentamos todo en la sartén del tomate, ponemos perejil fresco picado fresco, ¡y a comer!

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